No hace
mucho tuve la inmensa fortuna de encontrar en una librería de viejo
de Las
Rozas Village una de mis presas más codiciadas: la excelente “De Rerum
Bestialitate Hispaniarum”, del historiador bizantino Plagio Malévolo. Pertenece
a la primera edición sefardí, impresa en Salónica en 1595, con una tirada
prevista de 500 ejemplares, de los que se terminaron solamente 85 a causa del
súbito empeoramiento de los sabañones
sufridos por el impresor, Johannes Wursthande, descendiente de judíos
españoles, judíos alemanes y judías judías.
En él,
el autor nos muestra con delectación, no exenta de rigor, los hábitos de
bestialismo que documentó en su extenso periplo por la Hispania de su tiempo
(principios del siglo VI), desde los más comunes a los más sorprendentes. Pone
su atenta mirada en cruces tales como los de toro bravo y matrona bragada (muy bragada), urogalla y escribano, galgo y duquesa, o mona de Gibraltar y aparcero.
El
manuscrito, perdido durante siglos, fue encontrado en la biblioteca personal
del obispo de la eparquía de la iglesia greco-católica eslovaca de Bratislava
durante la revuelta de seminaristas de 1847, iniciada cuando uno de ellos, Jan
Vanadieck, químico aficionado, descubrió restos de bromuro en el tazón del
desayuno.
Facebook,
9/07/2015.
¿Edición impresa o manuscrito? Espera, voy a tomar tu medicación.
ResponderEliminarUn incunable. Lo único malo de mi medicación es que cuando la abandono por descuido sufro unos terribles brotes de cordura.
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